Lo que dijimos sobre Dime

En la última sesión de Los Libros Arden Mal. Club de Lecturas Profesionales, estuvimos leyendo una obrita ya clásica de Aidan Chambers, Dime. Los niños, la lectura y la conversación (México, Fondo de Cultura Económica, 2007). El calificativo de «obrita» atiende sólo a su brevedad, pues se trata de un libro que apenas supera el centenar y medio de páginas, pero no a su calado. Invitaremos siempre a todas las personas interesadas a que vengan a las sesiones del club para que participen y compartan con los demás sus propias conclusiones, por supuesto. Lo que exponemos aquí, por lo demás de manera extraordinariamente somera, no pasará de ser el delineado de un par de aspectos fundamentales que salieron a flote en nuestro último encuentro hasta la fecha. Huelga decir, por supuesto, que este texto no recoge toda la riqueza y complejidad de matices que caracterizó a la sesión para quienes la vivimos de manera presencial.

Dime es un libro que invita a trazar estrategias de conversación sobre la lectura que no se restrinjan al clásico «por qué» que el docente deja caer de manera directa sobre los discentes. En ese sentido, propone una batería de preguntas básicas que conforman, como en algún momento indica el propio Chambers, no tanto un método cerrado como un proceso abierto y sometido a perpetua modificación para llevar la lectura a la conversación. Por supuesto, y como es natural, en la sesión dedicada al libro hubo distintos grados de conformidad con la propuesta de Dime, pero quizá uno de los problemas más recurrentes que se pusieron sobre la mesa fuese el siguiente: se trata de un libro que nos ha hecho reflexionar sobre nuestra propia praxis en tanto mediadores, que nos ha ayudado, de una manera sumamente sencilla, a identificar ciertas inercias que tenemos interiorizadas y que, a menudo, y lejos de propiciarla, imposibilitan la conversación en torno a los libros desde sus pasos iniciales.

El otro gran tema que salió de manera recurrente fue el del tiempo. Toda vez que el tiempo y su administración es uno de los aspectos más problemáticos de la educación, no es de extrañar que el tema acabase sobre la mesa. ¿Hasta qué punto las estrategias que propone Chambers pueden implementarse en una escuela cuyos tiempos suelen estar férreamente delimitados por el currículum y las urgencias administrativas? Chambers no ignora este problema, como tampoco lo ignoramos nosotros. Sucede, sin embargo, que hablar del tiempo en la escuela y de su relación con la lectura es enfrentarse a una contradicción acaso irresoluble, lo que no quiere decir, como también salió a flote, que haya razón alguna para dejar de considerar a la lectura como una de las condiciones de posibilidad de un tiempo realmente significativo en los espacios (aulas, bibliotecas, clubes, etc.) en los que esta se comparte y en los que se conversa sobre ella.

Con este par de apuntes que esperamos animen a que se acerquen a Dime y a la obra de Aidan Chambers las personas que los desconozcan, emplazamos a quien quiera a acudir a nuestra próxima sesión. Será el jueves, 7 de marzo, a las 17:00, en la Sala Infantil y Juvenil de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias de la Educación. En esta ocasión comentaremos un libro de la antropóloga francesa Michèle Petit, El arte de la lectura en tiempos de crisis (Barcelona, Océano, 2009).

¡Os esperamos!

Lo que dijimos sobre Dime

En la última sesión de Los Libros Arden Mal. Club de Lecturas Profesionales, estuvimos leyendo una obrita ya clásica de Aidan Chambers, Dime...